¿Cómo tomar una sauna?
La sauna es una institución nacional finlandesa y ellos nos explican la mejor forma de hacerlo.
La sauna comienza con una ducha. Los redactores desean destacar sin duda el factor higiénico, por lo que el consejo es adecuado, pero hay otro motivo por el que una ducha, o en verano un chapuzón, son beneficiosos: es más agradable ingresar en la sauna con la piel mojada que con la piel seca. Hay muchos sin embargo que piensan lo contrario y entran en la sauna con la piel seca porque quieren sentir mejor e incluso ver cómo la transpiración exuda por los poros. Hay pues dos escuelas, los de la piel mojada y los de la piel seca.
En las gradas hay que sentarse sobre un paño, aconsejan las instrucciones, seguramente también por higiene. Otro motivo por el que es conveniente sentarse sobre un paño o una toalla es que las tablas también se calientan y existe un serio peligro de quemarse las posaderas.
De los aspectos técnicos de la sauna, las instrucciones sólo dicen que 80 o 90°C de temperatura son suficientes, como máximo 100°C. Para incrementar la humedad se echa agua sobre las piedras, pero es bueno saber que debe permanecer en la sauna mientras resulte placentero. Los certámenes de resistencia son insalubres e impropios de la sauna.
La sauna es un baño de transpiración, pero muchos bañistas saben muy poco de transpiración y comienzan incorrectamente echando ni bien entran dos o tres cucharones de agua sobre las piedras calientes. La consecuencia es un brusco golpe de calor, una cachetada sobre la superficie de la piel, que inhibe el funcionamiento normal de las glándulas sudoríparas. Un buen sudor requiere su tiempo. Una persona sentada en reposo en la sauna necesita para comenzar realmente a transpirar un aumento de algunos grados en su temperatura corporal, es decir una suerte de fiebre autoprovocada, que suele requerir de 8 a 12 minutos, dependiendo de la capacidad de transpiración. Aumentando la temperatura de la sauna no se acelera el comienzo de la exudación; en esto una sauna de 80°C es igual a una de 100°C. En una sauna demasiado caliente y seca la transpiración se seca ni bien aflora a la superficie de la piel.
Echar agua con frecuencia y luego azotarse.. El momento preciso para la culminación del placer de la sauna, los azotes con la vihta (un haz de ramas de abedul), es cuando la transpiración alcanza su punto máximo.
No se recomienda pasar súbitamente de una sauna caliente a un ambiente frío. Es preciso un lapso adecuado de adaptación, nada más. Refrescarse y descansar son dos elementos esenciales de la sauna. El peor defecto de las saunas urbanas es la ausencia de un sitio apropiado para tomar fresco, pues sólo hay pocas con un buen balcón o una terraza. Las saunas situadas en una costa en cambio permiten un chapuzón en aguas frías y pasar así del baño de sudor al de inmersión. En invierno los más valientes se zambullen en el agua helada por un agujero abierto en el hielo o se revuelcan sobre la blanca nieve. Sólo el inclemente clima boreal puede ofrecer estos placeres invernales.
Una vez caliente salga para lavarse, después de la limpieza podrá volver a la sauna, es la explícita exhortación a la higiene, acorde con el espíritu de la sauna, de las instrucciones.
Las antiguas narraciones hablan de todo tipo de saunas, pero ninguna exclusivamente para lavarse. Los investigadores han establecido que antes en la sauna sólo se consumían dos o tres litros de agua por persona. Actualmente todo ha cambiado: se usa mucha agua y demasiado jabón. Mucho menos sería suficiente, pues una transpiración profunda abre los poros y elimina el sebo, las bacterias y las toxinas. Después de transpirar y de un buen enjuague cualquiera queda totalmente limpio, con la llamada «higiene de sauna». Esto deberían recordarlo especialmente las madres, para no exasperar innecesariamente a sus hijos con tanto jabón.
Luego debe descansar y beber algo fresco, y vestirse sólo una vez que haya dejado de transpirar.. Después de la sauna no hay prisas. No hace falta vestirse inmediatamente. La sensación es celestial, pero hay que mantener los pies sobre la tierra. Dejemos que la Sociedad de la Sauna con el peso de su autoridad dé las instrucciones finales a todos los amantes de la sauna: Antes y durante la sauna deben evitarse el alcohol y las comidas pesadas. En el descanso compartido post-sauna sienta bien una comida liviana y unas bebidas frescas.
Escrito para Virtual Finland por Erkki Helamaa, Arquitecto, Profesor emérito y Juha Pentikäinen, Catedrático de la Universidad de Helsinki